Hoy quiero compartir con vosotros una receta de mi madre, el conejo con caracoles que ella prepara cada año para la verbena de Sant Joan y que se ha convertido en un clásico en la familia.
Hace años que no paso la verbena con ella, pero siempre nos reserva un platito para comer al día siguiente. Y, aunque no soy amante de los caracoles, he de reconocer que este plato le queda de lujo.
Además, si te sobra lo puedes congelar y comer cualquier otro día, e incluso lo puedes reciclar y hacer un arroz con conejo y caracoles delicioso, como voy a hacer esta noche.
¡Gracias mama!
Conejo con caracoles de la Juana
Ingredientes para 2 personas:
Medio conejo
200 gr de caracoles
1 tomate
1 cebolla
1 ajo
1 vasito de vino blanco
1 vasito de agua
2 hojas de laurel
Picada de piñones (sirve cualquiera)
Aceite
Sal
Los caracoles los puedes comprar vivos y hacer todo el proceso de limpieza de babas que toca, pero mi madre desde hace tiempo los compra en un sitio de confianza ya preparados y listos para añadir a la cazuela. Los encontrarás envasados al vacío en cualquier pollería y en tiendas de ultramarinos como la Sirena.
Si tienes tiempo de prepararlos, los has de dejar dos días en ayuno y después se colocan en un barreño con agua y sal y se lavan bien. Los has de remover e ir cambiando el agua hasta que salga limpita y sin babas.
Luego se cuecen durante unos 20 minutos con sal romero y farigola.
En una paellera, añade un chorrito de aceite y fríe el conejo previamente lavado y salado. Cuando esté bien doradito aparta del fuego y reserva.
Para el sofrito, tritura el ajo, la cebolla y el tomate y sofríe en el mismo aceite. Luego añade los caracoles escurridos, el conejo, el vino, el agua y las dos hojitas de laurel. Mantén a fuego lento unos 20 minutos haciendo chup-chup y listo para chuparse los dedos.
Bon profit!
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