Si hay un restaurante que recuerde con especial cariño, ese es Can Vidal, en La Beguda Baixa. Recuerdo que de niña parábamos para hacer un "esmorzar de forquilla" (desayuno de tenedor) cuando íbamos a casa de mi tío José, para mi el "Chacho Warni", por su gran parecido con el fundador de Walt Disney.
Por eso aprecio tanto la visita de Carmen y Emiliano, una pareja de amigos de Alicante, porque cada vez que vienen a Barcelona no pueden pasar sin hacer una visita a Can Vidal y compartirla con nosotros, como la de este sábado.
Empezamos con unos calçots con salsa romesco. ¡Me encanta pringarme los dedos! ¡Umm!
Para continuar, un entrecot a la piedra delicioso y en su punto, aderezado con romero y con un toque perfecto de sal Maldon.
Para los amantes de los caracoles, también hubo una de 'Caracoles a la Llauna'. En Can Vidal los hacen perfectos.
Y para rematar la jugada, no podía faltar una crema catalana caserita, el broche de oro para una comida perfecta, con un servicio inmejorable y una buenísima compañía.
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