Primero llegaron los primeros dientes, a continuación los mocos y este sábado se unió a la fiesta la fiebre. ¡Sí, el bichito está malito! Me tenía muy mal acostumbrada desde que nació, siempre a tope, sonriente, con ganas de juerga, con hambre... Espero que le dure poquito.
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