Además, el formato es de cartón ultra resistente y es manejable para esas pequeñas pero hábiles manitas.
Para completar la gracia, como a Jordi le encantan los dinosaurios, le compramos un dinosaurio que asociamos con el libro desde el principio. Los primeros días costó un poco, pero ya lo tiene tan interiorizado que cuando le dices que toca baño, coge a su dinosaurio y lo mete corriendo en la bañera para luego meterse él.
Es increíble como funcionan las mentes de los niños y como adquieren esas pequeñas rutinas.
¿A vuestros peques les gusta el baño? ¿Utilizáis alguna técnica infalibrle?
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