Al principio pensé en preparar un fricandó, pero como se me echó el tiempo encima y no pude ir a comprar la carne, tiré de congelador.
Un par de pechuguitas de pollo que, junto a los rovellones, se convirtieron en una cena de campeonato.
Pollo rustido con rovellones
Ingredientes para 2 personas:
2 pechugas de pollo
250 gr de rovellones
1 tomate maduro grande
1 cebolla
1 diente de ajo
1 hojita de laurel
1 copita de vino blanco (20 ml)
Aceite
Sal
Pimienta
Salpimenta las pechugas de pollo enteras. Cortar la cebolla y el tomate a la mitad. Añade un buen chorro de aceite en una cacerola y mete las pechugas, la cebolla, el tomate, el diente de ajo pelado y el laurel.
Cuando el pollo esté doradito, agrega el vino, tapa y deja a fuego lento para que haga chup chup y reduzca el alcohol (20-25 minutos).
Mientras tanto, puedes preparar los rovellones. Lava y corta los rovellones, y rehógalos en una sartén con un chorrito de aceite y un ajito. Cuando hayan soltado el agua, aparta del fuego y reserva.
Saca las pechugas de la cazuela y córtalas a rodajas. Tritura la salsa con la batidora, para que te quede fina y bien ligada, y añade el pollo y los rovellones. Mantén unos 5-10 minutos más a fuego lento, para que se mezclen bien los sabores, retira del fuego y a la mesa.
Bon profit!
Comentarios: aunque el pollo ya fuera congelado, como lo has cocinado lo puedes volver a congelar. Así que si te sobra ya sabes, un tupper y al congelador, cuando lo saques te quedará igual de rico que el mismo día.
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