Este año no sabía que regalar a Víctor por su cumple, pero mientras preparaba su Tarta Guinness me vino a la cabeza una idea de regalo: "Si a Víctor le encanta la cerveza y el buen comer, ¿qué mejor regalo que una cata maridaje de cervezas?".
Sí señor, un regalo con fundamento, de los que se disfrutan en compañía y se recuerdan para siempre.
Este sábado consumamos el regalo. La cata, organizada por la empresa Maitre y sommelier , tuvo lugar en el Café Moroni, en Barcelona, y la llevó a cabo Gael, un sommelier de origen francés que nos hizo reír mientras nos explicó las maravillas de la cerveza. Pero no todo fue teoría, también hubo práctica, mucha práctica, catamos 11 cervezas distintas.
La cata resultó interesante, divertida y me dio una vista general de la cantidad de cervezas que podemos encontrar en el mercado.
La comida que acompañó a tanta cerveza fue correcta.
La única pega a tener en cuenta para mejorar el servicio es el cambio de copas. Aunque catamos 11 cervezas, solo teníamos dos copas, por lo que los sabores de una a otra se iban mezclando. Por lo demás, el servicio fue correcto y pasamos un buen rato.
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