12.03.2013

Restaurante Ca l’Esteve, tradición renovada



Estamos cansados de las prisas, la falta de tiempo y el estrés durante toda la semana, por eso cuando llega el fin de semana buscamos un lugar donde vivir unos momentos de paz y tranquilidad.


Este fin de semana he tenido la suerte de descubrir un nuevo rinconcito donde he podido disfrutar de la gastronomía y de los amigos en un entorno de naturaleza y tranquilidad extrema: Restaurante Ca l’Esteve. Un restaurante familiar donde la tradición es parte importante de su identidad, pero donde sobre todo prima el amor por la gastronomía y las cosas bien hechas.



Desde hace un tiempo, está muy de moda hablar de productos de km 0, pero en Ca l’Esteve pueden decir que son km -1. El restaurante tiene un huerto donde Esteve padre cultiva todas las verduras que sirven en sus mesas, un viñedo de donde nace su vino de la casa, olivares con los que producen su propio aceite y preparan sus aceitunas. Todo un lujo en los tiempos que corren.

En sala tenemos a Esteve hijo, sommelier de profesión, amante del buen vino y el buen comer. En la actualidad, combina el restaurante con la viña y ha realizado 4 desfiles en los que ha maridado vino y moda.

Los fogones están liderados por Xesco, profesor durante años en la escuela Hoffman, acumula títulos y sabiduría a sus espaldas. Posee una colección de libros de cocina antiguos espectacular y reivindica los productos de proximidad como un valor añadido del restaurante.

La encargada de endulzar las mesas es Montse Esteve. De pequeña ya le gustaba la pastelería, ha realizado algunos cursos de pastelería, aunque se define como una persona autodidacta y exigente con su trabajo. 

Este domingo decidimos juntarnos los ex alumnos del Postgrado de Comunicación Gastronómica y Enológica. Hacía tiempo que teníamos pendiente la visita al restaurante de la familia de Esteve, pero la voluntad de apoyar moralmente a Josep ha propiciado este encuentro.

Empezamos la jornada en la bodega con una cata de vinos de la casa. 

 Arantxa de Curry Curry que te pillo y la Sariqui catando una rucula

Seguimos con un paseo por el huerto y las viñas.


Hicimos un alto en el camino para catar el nuevo aceite con un pan insuperable y tuvimos la oportunidad de demostrar nuestro arte con el porrón.



Una vez en la mesa, empezamos con un consomé de calçots y butifarra negra con el que entramos en calor en cuestión de segundos.


 Le siguieron unos calçots con romesco y ‘pa amb tomàquet’


Tortilla de patatas con callos 


‘Arròs a la llauna’


Ciervo estofado


Queso Conté con pimiento deshidratado... Éxtasis en boca!!!


Brazo de crema con yema quemada y helado de vainilla.


 Chocolate con praline y quicos y para casa. Un día genial!!!


Pasamos un día genial, con una comida insuperable y una gente estupenda.

¿Cuándo repetimos?


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